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viernes, 5 de agosto de 2011

Entrevista a Celeste Lepratti por P.M.Giacobbe

anticipo de la Refugio de Monos que sale en Agosto de 2011


Celeste Lepratti ayuda en la pintada del mural en la estación Avellaneda, que ya deberíamos ir cambiándole el nombre, debería llamarse Darío y Maxi, pero en la medida que en lo cotidiano, en la práctica diaria, no lo hagamos, no le digamos Darío y Maxi al mencionarla, el nombre no va a cambiar solo. Durante varios años los carteles de la estación decían Darío y Maxi, pero hace poco fueron restaurados, y ahora vuelven a decir Avellaneda. Esa estación de trenes prefiere homenajear al asesino de indios que a los jóvenes piqueteros.


Y Celeste Lepratti pinta pochormigas en el mural de la estación de trenes Darío y Maxi, porque el Pocho Lepratti, su hermano, dicen que era y es una hormiga. Aunque León Gieco cuando lo canta prefiere llamarlo el ángel de la bicicleta. Pasa que esta hormiga se movía en bicicleta. Anda alado por las calles de Rosario, cuenta León, pero el Pocho no era rosarino. Nació el 27 de febrero de 1966 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y a principios de 1991 se radica en el Barrio Ludueña de Rosario. Y entonces sí, ahí, comienza a ser el pochormiga, el ángel de la bicicleta, hasta que en diciembre de 2001 lo asesina la policía.


Si prestan atención a las paredes de los propios barrios encontrarán pochormigas pintadas, como las que hoy resaltan en la estación Darío y Maxi, porque su ejemplo se trasmite. Y el Pocho, antes que me olvide, era y es una hormiga porque desarrollaba un trabajo social, una militancia, organizando, yendo y viniendo, llevando y trayendo. Poniendo el cuerpo y predicando en su bicicleta

- Mi hermano es una de las víctimas fatales del diciembre trágico en la Provincia de Santa Fe.- dice Celeste Lepratti este 26 de junio de 2011 en una estación de trenes a plena jornada cultural, convulsionada de jóvenes, músicos y poetas, puestos de revistas y libros, charlas y una radio abierta. Se cumplen nueve años de la masacre de Avellaneda, del asesinato de Kosteki y Santillán, por eso Celeste anda pintando murales y tiene las manos con pintura, se acercó junto a otros familiares de las nueve víctimas que se cargó la represión del 2001 en Santa Fe, porque entienden que los “une la misma pelea, la misma lucha por justicia. Tanto los familiares y los compañeros de Darío y Maxi, como nosotros, a 9 y 10 años respectivamente de las masacres, seguimos reclamando que se haga justicia, y que se termine con esta impunidad que es una trama muy pero muy poderosa.”

NO DISPAREN. El agente Esteban Velázquez y el sargento Rubén Pérez se bajan del móvil 2270 modelo WW Corsa. Apuntan con sus itakas sin culata al joven que les grita desde el techo de una escuela, llevan postas de plomo y lo saben. Le disparan desde abajo, a 10 metros de distancia. Velázquez le acierta en el cuello. Lo ven caer y suben al móvil. Se van.

Trabajaba en una escuela, cuenta Celeste de su hermano, colaboraba en el comedor de una escuela pública en Rosario, como ayudante de cocina. Estaba en la escuela trabajando, en su horario de trabajo, y junto con otros compañeros habían decidido subir al techo de la escuela para ver que pasaba alrededor, habían escuchado muchos disparos en distintos momentos del día, el 19 de diciembre de 2001. Eran cuatro personas en ese momento, pasa un móvil policial disparando. Pocho les grita que dejen de hacer eso, que eso era una escuela, que allí solo había chicos, los increpó por su conducta y la respuesta fue que este móvil policial retrocediera, parara, bajaran dos policías que estaban adentro y los dos disparasen.

Esteban Velázquez, que asesinó a mi hermano, goza de libertad condicional, nos enteramos a principio de mayo, que comienza a gozar de este beneficio, y ya antes de salidas laborales, nos pegó muy duro. Porque entendemos que una vez que Velázquez está afuera no queda nadie, absolutamente nadie, rindiendo cuentas por lo que ha sucedido, porque son muchísimos mas los implicados, no solo responsables materiales, sino fundamentalmente los responsables políticos, con Carlos Reutemann a la cabeza, que ni siquiera fue llamado a declarar por los tribunales de Santa Fe, así que seguimos con el mismo reclamo por justicia. Repudiando esta impunidad y aunando nuestras luchas en este caso con todos los que se acercan a abrazar a Darío y Maxi.

- Desde Reuteman que era el gobernador hasta el agente que disparó ¿quienes están en el medio?
- Partiendo de las responsabilidades materiales, Esteban Velázquez fue el policía que le disparó certeramente a Pocho, quien le quita la vida. Pero también con él había dos policías, uno de ellos era el jefe del operativo, Rubén Pérez, que también disparó. Incluso un juez llegó a calificar que tuvo la misma actitud y voluntad homicida, sin embargo, muy pronto, este señor fue sobreseído, tres meses estuvo detenido y solo quedó Velázquez por la causa de homicidio. Con ellos se encontraba otra persona que recibió ordenes de detener el coche y luego de ponerlo en movimiento de nuevo y retirarse, por lo tanto también tiene que ver con el abandono de persona, ellos vieron que Pocho caía, que lo habían herido y lo que hicieron fue retirarse del lugar, abandonarlo. Un mes después nos enterábamos que un día mas tarde del asesinato estos mismos policías lo denunciaban a Pocho por desacato y resistencia a la autoridad, algo ridículo, que la Justicia no podía entender como lo denunciaban cuando llevaba un día de muerto. En ese contexto fue que asesinaron a Pocho, dentro de la gran crisis que se vivía en el país y dentro de las distintas manifestaciones de distinto tipo que hubo a lo ancho y largo en la Argentina.

Hubo una causa abierta por encubrimiento del asesinato, una causa que tuvo que ver con lo que la propia policía trató de hacer para pasar el asesinato de Pocho por otra cosa, un enfrentamiento entre otras cosas. Inventando pruebas, alterando otras, falseando actas públicas. Todo esto fue parte de una investigación, que dio como resultado una condena por incumplimiento que alcanzó a cinco policías, dentro de muchos mas, pero muy sorpresivamente hará un mes atrás una Cámara revisó este fallo del Juez García y resolvió absolver a los cinco policías involucrados en el encubrimiento. No hay lógica en esa posición, o sí, si lo analizamos desde el lugar que vemos cual ha sido el accionar de la justicia santafesina durante todo este tiempo, lejos de hacer su trabajo, ha garantizado la impunidad primero para los responsables materiales, pero fundamentalmente con esto permitir garantizar la impunidad de los responsables políticos, así que también están estos policías que tuvieron que ver con el encubrimiento. Y por supuesto los jefes policías que lejos de haber sido alcanzados por la justicia en su momento han sido premiados y gozan de cargos de mayor jerarquía y se desempeñan en distintas funciones dentro del Ministerio del Interior, Storani por ejemplo.

Y siguiendo con la cadena de mandos y con todos los involucrados en estos crímenes tenemos que hablar de los que acompañaban a Reutemann en su gobierno, como el secretario de seguridad pública provincial, Enrique Álvarez y como el ministro de gobierno Lorenzo Domínguez, personas que la justicia tampoco halló culpables de nada. Y nosotros decimos que sí tienen responsabilidad porque acá hubo ordenes concretas, un plan operacional único, sin embargo todo esto fue deleznado por la justicia, no tenido en cuenta y se refleja en como están las causas hoy.

POCHO VIVE!
Existe un documental acerca del Pocho, Un mundo en donde quepan todos los mundos, y un libro: Pocho vive!. Así, con el signo de admiración al final, como está escrito en aerosol por todo el barrio Ludueña y por otros lados, tan lejos de Rosario que la pintada asombra.

Pocho vive! en sus páginas juntó una cantidad increíble de poesías en su memoria, partiendo del afecto y la emoción, como toda poesía, aunque también es un documento de la Argentina del 2001. Minuciosamente da cuenta de la represión en Rosario y en todo el país, de la vida de cada una de las personas asesinadas y reproduce el informe de la comisión investigadora no gubernamental, constituida el 22 de julio de 2002 en Rosario, cuya finalidad es esclarecer “las circunstancias de las distintas acciones que produjeron muertos, heridos y detenidos de la sociedad civil” y conocer sus responsables.

Le pregunto a Celeste por el libro: - Nace de una iniciativa de una Biblioteca Popular que lleva su nombre, Biblioteca Popular Pocho Lepratti, que nace en octubre del 2002, y tiene esta iniciativa de convocar de una forma abierta a escribir este libro. Así que se recibieron trabajos de todo tipo, canciones, relatos, ficciones, distintas cosas, distintas cosas de todos aquellos que querían colaborar con este libro en el contexto que fue diciembre del 2001, es una forma mas que tenemos de contar quién era Pocho y qué es lo que hacía, tiene el valioso testimonio de mucha gente, algunos que lo conocieron muy de cerca desde su trabajo, desde su tarea social y algunos que sin conocerlo, motorizados por esto se animaron a escribir unas líneas y las regalaron para que sean parte del libro.