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viernes, 29 de junio de 2012

Los suburbios de la Costa


  Publicado en Refugio de Monos en  mayo de 2011                                                   
Vecinos movilizados exponen los aspectos negativos del proyecto “Nueva Costa del Plata”               

Echemos una mirada sobre este plano de la región sobre la cual la empresa SyUS.A. (Saneamiento y Urbanización Sociedad Anónima), subsidiaria de la multinacional Techint, planea llevar a cabo su mega proyecto de ingeniería civil y urbanización titulado “Nueva Costa del Plata”.   ¡Un plano más que elocuente!
El predio está rodeado por focos contaminantes generados por falta de regulación y controles… En las tierras ocupadas por el CEAMSE es muy común  observar como brota el líquido lixiviado junto a burbujas formadas por distintos tipos de gases.  Por el predio pasa un poliducto subterráneo de más de 30 años de antigüedad que transporta combustible desde el Polo Petroquímico de Berisso-Ensenada hasta el Polo Petroquímico Dock Sud. El tendido del Cables de Alta tensión, las emanaciones de gases tóxicos producidos por las Industrias instaladas en el Polo Petroquímico. Las Empresas ubicadas en la Cuenca Matanza Riachuelo, como las instaladas en el Arroyo Santo Domingo y Sarandí vuelcan sus desechos sin tratamiento a los cauces que desembocan en el Río de la Plata.
Dicen que: “Cuando  las tierras  fueron adquiridas por Techint permanecían desocupadas y degradadas". Se refieren al valle de inundación del Río de La Plata. Un humedal que cumplía una función: filtrar las aguas. Hoy, en esa zona que llaman degradada, que ellos degradaron, lo único que filtran y recargan los acuíferos son los líquidos lixiviados (jugos de la basura) y liberan al aire emanaciones de gases “supuestamente tratados”
Teniendo tantos focos contaminantes en la zona: ¿Es racional instalar allí una ciudad?
Investigando sobre la problemática de este emprendimiento aprendimos que el 25 % de la población del país esta ubicada en el 3 % del territorio nacional. Este territorio esta comprendido por ciudad de Bs.As. y conurbano bonaerense. La consecuencia es: mayor hacinamiento, contaminación, problemas de salud y enfermedad. Es decir, una política poblacional sin espacios verdes y que apunta a destruir lo poco que nos queda.
Los Humedales y la Selva Marginal son sistemas naturales que tardaron miles de años en formarse. Son filtros que permite la recarga de los acuíferos, reguladores de las crecientes y mitigadores de la contaminación que hace años se viene produciendo (si a usted le interesa podemos explicarle detalladamente recorriendo la zona). ”¿Se puede creer a Techint  que rellenando el lugar, elevando el suelo a más de 5,50 m de altura -que según palabras de Converti en la audiencia pública de Avellaneda “necesidad de que al lugar se lo ocupe bien” construyendo  “una combinación de edificios de cuatro o cinco pisos y algunos más altos, que llegarían hasta los 40 pisos” (Fuente: agencia Suburbana- reportaje a Converti)- no se alterará al Humedal? ¿Se puede proteger un Humedal convirtiéndolo en un puerto seco?
La tierra cuya zonificación quieren modificar para poder construir el emprendimiento comprenden la franja ocupada por el Parque Ecológico y Reserva Natural Ord. Municipal Nro 9348/02-9508/03. Es el único espacio verde, es la última franja de Bosque Nativo Ribereño en la Zona de Quilmes-Avellaneda.  Las Construcciones estarían ubicadas en ese 30% de tierras  que corresponden a la Selva Marginal, el otro 70% son las tierras del Ceamse rellenadas con basura; ¡con  cincuenta millones de toneladas de basura enterradas durante 26 años!
Según nota de Clarín Arq. Fecha 25/1/2011 “Estas serían las tierras que se utilizarían para paseos públicos, con el agregado de los ex terrenos del Ceamse, hoy completamente tratados y purificados, que enmarcarán al área de intervención con 450 ha de parques periféricos destinados a usos recreativos, deportivos y educativos”.
¿Qué entiende por “purificación”? Allí siguen los cráteres de lixiviados y quemándose los gases... y esto es lo que le dejan al público... El informe de la UNLP dice que dentro del predio hay presencia de Plomo y Amonio en el acuífero Pampeano, en el Nivel Freático superan los criterios del código alimentario Argentino: Cloruros, Sulfatos, Níquel, Arsénico, Mercurio.
En las Cavas y el Humedal Cromo, Plomo, Zinc, Cobre, Bario. En el Río de la Plata Plomo, Zinc, Cobre, Hidrocarburos. Todos los elementos contaminantes que se mencionan están por encima de los valores permitidos.
Pasado Poco Claro. Futuro Negro.
Las tierras en disputa fueron adquiridas por Techint a mediados del ´70 a través del decreto 9111/78 que daba origen a la creación del CEAMSE. Bajo el régimen de la Dictadura Militar estas tierras fueron las que se utilizaron para realizar el mal llamado Relleno Sanitario. Techint junto con SyUS.A., realizaron el trabajo de Ingeniería, movimiento de suelos y rellenos, sin colocar el manto impermeabilizante y el metro de Tosca que corresponde en las cavas que se utilizaban para rellenar. En un acto de cinismo, SyUS.A. es la que dona la infraestructura y Edificio a la UTN. Y todos contentos…
Con estos antecedentes, ¿se les  puede creer que protegerán a la Reserva Natural?
Viendo el mapa resulta evidente que en realidad se arrasará con todo, incluyendo la humilde playa de Bernal, que mucha gente usa los fines de semana para distenderse.
Los Vecinos de Quilmes y Avellaneda  vienen de una lucha histórica, que culmina con el cierre del relleno sanitario Villa Dominico-Quilmes en el año 2004.
Sabemos lo que hay detrás del proyecto. Estudios científicos avalan nuestro decir. Lo más descabellado en esta problemática es que se está premiando a Techint,  que es quien generó un gran problema ambiental en la región.  Quienes deberían pagar por el daño ambiental ocasionado (ver Art. 41 de la Constitución Nacional), ¡son premiados cediéndoles tierras públicas!
La modificación del terreno para la construcción del emprendimiento Nueva Costa del Plata ocasionará problemas en los barrios ya existentes aguas arriba. Por ejemplo: en lugares donde no hay problemas de inundaciones, al ocupar el valle de inundación del río, ese agua irá a inundar otras zonas, es elemental.
¿Es necesaria mucha explicación para advertir que en un futuro no muy lejano habrá que invertir muchísimo dinero público para recuperar lo que ahora quieren destruir?
El Municipio de Quilmes y el Gobierno de la Provincia deberían empezar a ejercer la política inclusiva sin dar vueltas. En lugar de hacer oídos sordos, en lugar de declarar a ese territorio como “ocioso”, deberían estar presentes, para apoyar la protección de la Reserva Natural y Parque Ecológico de la mano de sus habitantes, que son los que mejor la conocen.
Es por eso que se participa al día de hoy activamente, encontrando la forma de hacerles entender a quienes dicen ejercer la soberanía en nuestro nombre que ese territorio no está “ocioso”, no está “abandonado”, sino que está poblado de flora y fauna autóctona, y de un ecosistema capaz de regular nuestros desmanes en esta carrera loca que alguna gente parece querer seguir corriendo eternamente hacia el supuesto “progreso”.
riberaconurbanosur.blogspot.com

sábado, 21 de abril de 2012

Entrevista a Juana de Pargament Tesorera de la asociación madres de plaza de mayo, realizada por Leonardo Marcote

publicado en Refugio de Monos en diciembre de 2008.

Los comienzos de las madres de plaza de mayo.
Yo, desde que se llevaron a mi hijo como todas las madres no sabíamos de política. Algunas sabíamos que nuestros hijos leían, discutían y querían formar algo como un frente. No lo sabíamos muy bien. Lo que no queríamos, al igual que ellos, eran militares en el golpe de estado que se estaba programando entonces a muchas nos agarró sorpresivamente romper las puertas, entrar y llevarse al hijo y al no volver es cuando salió algo, algo que tendría un nombre, un sentimiento muy fuerte y una determinación los voy a buscar. Y entonces salíamos a la noche a golpear puertas para saber por lo menos donde están.

Ya hacía tiempo que estábamos las madres, que nos conocíamos y nos encontrábamos en la plaza, por supuesto con algunas teníamos mayor afinidad y nos reuníamos en la casa de una, en la casa de otra, con pequeños cuidados porque al salir había que ver quien estaba en la esquina. Bueno, ese cuidado teníamos pero no era miedo sino prevención porque estábamos en una lucha que buscábamos a los chicos y si a nosotras nos llevaban, quien nos buscaba a cada una.

Nos encontrábamos en la plaza, luego nos reuníamos en las iglesias cada jueves porque las locas, como nos decían en la casa de gobierno, ya están caminando. Pero se cansaron de vernos y vallaron la plaza de mayo, nadie podía entrar y se sentían como triunfantes en ese sentido pero las madres pese al dolor, a la angustia de no saber que paso con nuestros hijos queríamos averiguar, salíamos a la mañana y volvíamos a la noche.

Golpeamos a los militares, a la policía. ¡Acá no lo tenemos! ¡No está, no lo tenemos, nosotros no fuimos!, nos respondían. Golpeamos las puertas de la iglesia y le dijimos tenemos madres que les han llevado los hijos que son muy creyentes y muchos de esos hijos iban a las misas con estas madres muchas veces. Los vieron crecer ¿y qué nos respondieron los sacerdotes y los obispos?: “a terroristas y subversivos no podemos ayudarlos”. Íbamos semanalmente a una parroquia Stella Maris donde el obispo nos daba los turnos, nos revisaban las carteras o las retenían y teníamos esa esperanza de que él procuraría cumplir con esa promesa, pertenecía a la parte de la iglesia pero de la marina. Nos veíamos los rostros y nos conocíamos, sabíamos que a cada madre le habían sacado un hijo, a otra la hija que estaba embarazada y nos estábamos hermanando frente a esa desesperación.

Al final tanto ir semanas y semanas una madre dijo: “acá nos engañan en todo, yo creo que detrás de la sotana hay botas”, “él nos está engañando, toma nota y promete”. Entonces volvíamos resignadas de la iglesia y ahí fue cuando una madre capaz, inteligente y militante, Azucena Villaflor de Vincenti, dijo: “madres ven no sabemos nada, con las manos vacías volvemos y volveríamos otro día”, “por que no nos quedamos en la plaza, esa que vamos a cruzar que está frente a la casa de gobierno, ahí están los que se los llevaron y saben de nuestros hijos, tenemos que quedarnos, tenemos que venir y hacer una nota, firmar todas y exigir respuestas”. Nos pareció inteligente y coherente y dijimos este sábado volvemos. Y estuvimos el sábado que no era día para ir a informar a la gente porque casi no pasa nadie y la casa de gobierno está cerrada, igual que los colegios, los negocios, los abuelos jugando con sus nietos, no les interesaba. Hay que elegir un día de semana y fuimos el jueves.

Y ese jueves éramos bastantes madres, estábamos paradas programando donde ir a pedir, a rogar, a descubrir donde están nuestros hijos y vino la policía: “¿y ustedes que hacen aquí paradas? Hay un decreto del gobierno que prohíbe reunirse”, y le explicamos que se llevaron a nuestros hijos. “Ustedes tienen que circular, si ustedes no circulan las llevamos” y así con esa sugerencia, de a dos empezamos a caminar en círculo frente a la casa de gobierno.

Ya están las locas y nos vallaron la plaza de mayo y esa caminata después la recuperamos por fuerza y tirando las vallas como de denuncia de pedido por nuestros hijos.


El nacimiento del pañuelo blanco de las madres.
Entonces fue cuando pensamos en algo más y una madre que era muy joven cuando le llevaron la hija y que murió de un síncope arreglando su propia ropa, también es un detalle, el sentimiento a veces te desborda. Y dijo: “madres en la semana se hace como todos los años en Lujan la gran misa de los estudiantes”, y cuantos estudiantes se habían llevado, cuantas juventudes habían secuestrado, entonces dijimos vamos: “pero madre como nos reconocemos si van cientos de personas a Lujan, que van a pie con sus promesas, que van en coche, que van en tren ¿como nos reconocemos?”. Y a esta mujer y a muchas otras les pareció coherente que nos pusiéramos en la cabeza el pañal de nuestros hijos.

Entonces bueno, cuando vamos tal día que se hace la misa y ahí nos encontramos cada una con un pañal, Hebe por ejemplo, como la gente estaba desesperada, ya estábamos recibiendo fotografías para hacer un gran panel o para hacer un libro, había abrochado una cantidad de fotos de los hijos de las madres. Yo por ejemplo alcance con un crayón a poner su nombre y la fecha y otras alcanzaron a bordar antes que pintarlo, llevamos eso a Lujan y nos reunimos, pero claro le informaron a los sacerdotes y obispos que estas mujeres están juntas porque les llevaron los hijos y están haciendo un reclamo y sabés que a las madres que llevábamos el pañuelo no les daban la comunión, esa fue la actitud de la iglesia.

Entonces fuimos y estuvimos al aire libre, todas juntas pudimos hacerlo y paso algo muy distinto ahí porque cuando terminó la misa nos encolumnamos con una gran bandera con todos los rostros de chicos desaparecidos que los familiares nos dieron, íbamos caminando por la calle principal y se acerca una persona y nos dice: “yo, las voy a acompañar las ayudo a llevar esto” y no te digo que pasamos frente a la comisaría recoge la bandera, escapa y la roba.

Los jueves en la plaza.
Ya llevamos mas de 1600 jueves con lluvia, con sol, con viento, con frío, no la dejamos es un deber de conciencia, un compromiso de lucha en nombre de nuestros hijos queridos, no la dejamos y no la dejaremos. Si vieras nuestro sentimiento se siente herido si ese día por una casualidad no vamos, sentimos que algo nos falta y hasta decimos como es que no estamos ahí caminando con las otras madres. Ya somos muy mayores, muchas tienen ya 80 años pero no hemos dejado ni un día de luchar, de crear dentro del dolor, la desesperación, de crear elementos para denunciar y reclamar la ausencia de los chicos. Yo estoy desde el principio y tengo 94 años y prometo en la medida de lo posible seguir luchando, vale la pena por nuestros hijos, por lo que es este país crearlo y luchar por él. En nombre de nuestros queridos seres que se llevaron.


La universidad popular madres de plaza de mayo.
Creemos en la cultura y con ella también se lucha, con la palabra también se lucha. Nosotros éramos antes un pueblo de los primeros en el mundo y la cultura se ha borrado, nos han quemado los libros. Pero tenemos un compromiso con la vida en nombre de estos 30.000 seres queridos que desaparecieron terriblemente, 1.500.000 que alcanzaron a escapar, toda Europa esta sembrada de argentinos, entonces bien recibidos no como ahora que la crisis los saco de todos los países y ya no los quieren y hasta los echan. Pero entonces los recibían con los brazos abiertos, les daban sus camas, hasta formaron sus propias familias que nunca mas quieren regresar por eso vas caminando por las calles y ves mucha gente mayor, los hijos muchos de ellos pudieron escapar y otros desaparecieron para siempre.

martes, 20 de marzo de 2012

Entrevista a Vanesa Orieta a tres años de la desaparición de Luciano Arruga, por Leonardo Marcote

Anticipo de la próxima Refugio de Monos a salir para abril.

"El sistema está hecho de una forma perfecta para dejar a los pobres siempre en el lugar de sometimiento”

“Si Luciano Arruga se transformó en bandera del reclamo contra la represión policial e institucional, su hermana Vanesa Orieta es, sin duda, su abanderada”, describía la periodista Adriana Meyer y es quizás la mejor definición para describir la lucha que Vanesa está llevando a cabo junto a familiares y amigos de Arruga.

En pocos días se cumplirá un nuevo aniversario de la desaparición de Luciano Arruga, joven de dieciséis años desaparecido el 31 de enero de 2009 en Lomas del Mirador. Tres años y ningún sospechoso preso. Tres años y el aparato represivo policial sigue sumando jóvenes asesinados a causa del “gatillo fácil”. Tres años y el cuerpo de Luciano sigue sin aparecer, su nombre se encuentra en la larga lista de desaparecidos en Democracia, tres años en los que por presión de familiares y amigos se pudo cerrar el destacamento en donde fue visto por última vez el joven y en donde en homenaje a su corta vida se creará un espacio para la memoria y la cultura.

“Hay cosas que cuando vas entrando (al destacamento), decís no loco, esto no es así. Porque en verdad era una base de operaciones de otra comisaría, no era una comisaría, cumplía muchísimas menores tareas, una de ellas no tener detenidos en el lugar, que es una de las grandes irregularidades de esa casa-destacamento. Es la clandestinidad oficializada”, afirma Orieta. Por estas horas no para un segundo de organizar la jornada que se desarrollará el próximo 28 de enero en Avenida San Martín y Mosconi, Lomas del Mirador. La actividad llevará el nombre de “Jornada Cultural en Defensa de los Derechos Humanos” y se desarrollará en el ex destacamento. Vanesa conversa con nosotros en su casa de la localidad de Mataderos, en la que vive junto a su pareja y a su bebé de tres meses. Lleva en su remera azul el rostro de su hermano con la consigna “Buscamos a Luciano”.

¿Como era Luciano?
-No le gustaba estudiar, era una madera (se ríe) no le gustaba la escuela, era muy bueno para las materias teóricas, pero no le gustaba tener un ritmo acelerado de estudio. Le gustaba leer, venía y me preguntaba ‘a ver que libro puedo leer’ y yo le aconsejaba alguno. Le gustaban mucho los cuentos de Julio Verne, escuchaba mucha música del barrio y también le gustaba preguntarme a mí que escuchaba, le gustaba incorporar cosas de los demás. Era de River, le gustaba tocar la guitarra, aprendió solito porque no teníamos nosotros la posibilidad de mandarlo a estudiar, de chiquito también le gustaba jugar al fútbol y no pudimos tampoco mandarlo a jugar a algún club. Era un pibe generoso, de buen corazón y muy educado. Con mi mamá se sentaban a tomar mate y conversaban durante horas, eran re compinches entre ellos.
Mi vieja ya venía tiroteada por la vida, lo de Luciano fue directamente tirarla del otro lado del cerco y no dejarla nunca más salir a flote.

¿Como fueron los primeros días de la búsqueda?
-Lo que te pasa es que pensás que puede estar en algún lugar y mal. Si tiene frío, hambre, si está golpeado, si está sufriendo. Esas cosas piensa tu cabeza cuando una persona no aparece.

¿Cuándo dejaste de esperarlo?
-Cuando se empieza a hacer realidad eso que pensaba que era una hipótesis, fui dándome cuenta de que mi hermano estaba muerto. Y ahí cambia todo porque ya reconociste que la persona está muerta. Por lo menos yo, reconocí que mi hermano está muerto y que a lo sumo en algún momento encontraré su cuerpo, que es lo que estamos buscando y será también lo que va a resolver todo lo demás, que terminen presos los policías.

Mi vieja lo esperó durante mucho tiempo sentada en la puerta de su casa. Y también era un garrón por que yo sabía que si le caía a las dos o tres de la mañana, estaba sentada ahí, esperando que mi hermano vuelva.

El hecho
El 30 de enero de 2009 Luciano Arruga salió de su casa y se dirigió a la plaza República Argentina, lugar de reunión con sus amigos. Juegan al fútbol por unos minutos y luego decide volver a su casa para agarrar su campera. Era sábado y como todo adolescente de 16 años le gustaba divertirse, habían planeado con sus amigos salir esa noche a algún bar del centro de Lomas del Mirador. Las pocas monedas que tenía las gastó en cigarrillos. Optó por dirigirse a la casa de su hermana. Quizás ella podía darle algo de dinero para poder salir esa noche, pero Vanesa no estaba y entonces decide regresar.

En el camino es interceptado por un patrullero. Lo palpan y lo maltratan pero luego se alejan y Luciano sigue caminando. En su pensamiento estaba aquella amenaza que meses antes le había dicho un efectivo policial cuando lo maltrataba en el destacamento.

¿Cual es el motivo por el cual la policía lo hace desaparecer a Luciano?
-Primero le ofrecen robar para un grupo de policías que operaba en el barrio con pibes de la edad de mi hermano. Luciano les dice que no, a lo cual intentan tentarlo diciéndole, “esto te va a servir por que tu mamá es sola, tiene tres pibes a cargo. Vos vas a poder tener tu plata”. Les dice que no y a partir de ese momento empieza a ser perseguido. Lo paraban mucho en la calle, tuvo varias detenciones por AA que es averiguación de antecedentes, muchas veces lo llevaron detenido, lo maltrataban. Las pasó todas el negrito, no podía andar por la calle, lo paraban, lo ponían contra la pared. Aparte el pendejo era el ejemplo del “pibe chorro” para la sociedad. Era morocho, tenía gorrita, usaba ropa deportiva, tenía yantas (zapatillas).

Era la madrugada del sábado 31 de enero y sobre las calles Perú y Pringles, la esquina de la plaza en donde un rato antes jugaba al fútbol, es interceptado nuevamente por la policía. Dos testigos vieron como era salvajemente golpeado y empujado hasta el interior del patrullero. Lo arrastran hasta hacerlo entrar al destacamento de Lomas del Mirador, una vez allí dentro otro testigo lo vio golpeado y ensangrentado, y uno de los presos tuvo que limpiar su sangre del piso y de las paredes.

“El móvil fundamental del secuestro es la negación de robar para la policía. Luciano, no robaba, pero el hecho de ser un chico joven y villero por ende igual chorro, para algunos es esa simbología. Él se negó y esa negación fue una sentencia, una condena a muerte”, afirmaba Pablo Pimentel de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), quien también recordó las irregularidades de los primeros meses de la causa, “Acá hay algo que destacar. Vanesa (Orieta) se cansa de mandar cartas a la fiscal Castelli para que sea recibida. Quería hablar para contar todo lo que sabía. La fiscal no la atendía, hasta que un día la cita para declarar. Vanesa va y le cuenta todo lo que ella sabía, y la fiscal tomo una declaración que está al margen de la ley e incumpliendo un dictamen del procurador de la provincia en la cual dice que ‘cuando hay personal policial involucrado en alguna causa no puede tomar partido ni estar participando’, y cuando Vanesa hablaba y declaraba, tenía a uno de los ocho policías que formaban parte de ese tercio de esa noche que desapareció Luciano, atrás de ella.

La coordinadora contra la represión policial (CORREPI) ha registrado un total de 3.093 personas asesinadas por el estado desde diciembre de 1983 a noviembre de 2010.


“La primer Fiscal, la doctora Castelli tuvo la causa 45 días, continúa relatando Pimentel. Cuando vamos nosotros a hablar con ella y a pedir explicaciones, me manda a decir por su secretaria que ‘no nos iba a recibir, que pidamos una entrevista’, y justo da la casualidad que vienen varios policías de otra repartición y los hace pasar a todos. Les digo a los policías ‘esperen un segundo, nosotros estamos acá por un caso muy grave, la desaparición de un joven a manos de la policía’. Le vuelvo a decir a la secretaria `por favor reiterale a la doctora que estamos y que la verdad nesecitamos hablar con ella, es un caso muy grave`. Mi nuevo pedido fracasa entonces le digo ‘decile a la doctora Castelli que nosotros acá no volvemos más, que ella no ha tomado dimensión de lo que sucede y que vamos a pedir que la retiren del caso’, nos fuimos de ahí a la fiscalía general, nos atendió la fiscal general, le contamos todo y dijo ‘ya mismo pido la causa y mañana les doy noticias’. Al otro día me llama y me dice que ya le han sacado la causa y que tiene un sumario administrativo. La nueva Fiscal será la doctora Cejas”.

“Lo primeros cuarenta y cinco días que eran vitales , que es cuando vos tenías todo fresco, para recoger toda la información y en donde era muy posible que hasta se lo encontrara al cuerpo de Luciano, y nosotros decimos que se lo podía haber encontrado porque la doctora Cejas, a los cuatro días de haber tomado la causa va hasta el destacamento, se presenta y dice ‘por favor requiero todos los libros, soy la fiscal Cejas por el caso Luciano Arruga’, el policía que estaba ahí dice: ‘como si la fiscal es la doctora Castelli’. Esa expresión fue clave. Ahí nosotros pensamos y entendemos que cuando el policía expresa la sorpresa dice: ‘chau nos cagaron’. Nosotros entendemos que una vez que los policías se dieron cuenta de que cambiaron la fiscal, cambiaron el escenario del crimen. Fueron, removieron y lo sacaron. Ahí se perdió todo rastro.


¿Que reacción tuvo el gobierno provincial?
-Lamentablemente con el caso de mi hermano nosotros nunca encontramos respuesta, cuando fuimos con la denuncia al Ministerio de Justicia y Seguridad, Casal era el ministro de justicia y Stornelli de seguridad, cuando le planteamos el problema por el que estábamos pasando no escucharon la denuncia. Se negaron a escuchar criticando seriamente lo que decíamos y al mismo tiempo respaldando a la policía. Porque ellos entendían que si en la institución había un solo policía que cometía un hecho delictivo ellos lo destituían. Entonces se entendía que nosotros no teníamos nada más que hacer ahí. Por que si no tenían policías corruptos, mucho menos asesinos y mucho menos policías que hacen desaparecer pibes.

¿Cuantos policías sospechosos existen hasta el momento en la causa?
-Ocho, pero todos siguen en actividad y trabajando en diferentes comisarías.
El sistema está hecho de una forma perfecta para dejar a los pobres siempre en el lugar de sometimiento. Y una causa como la de mi hermano era mierda para ellos, era un negrito más.

Los Ocho policías implicados en el asesinato y desaparición del Cuerpo de Arruga siguen en pleno ejercicio porque para la justicia las pruebas que existen, no ameritan para imputarlos, “pudiera ocurrir que ante la falta de respuestas del poder judicial, vos tuvieras un poder político que realmente atienda las cuestiones donde se da una violación a los derechos humanos. Quiero decir con esto que haya un poder político que responda, que ponga a disposición de los familiares todo lo que fuera necesario. Por que no es solamente preguntar que se necesita, sino también estar al tanto de la causa, si hace falta algún instrumento que se utiliza para este tipo de investigación y tratar de conseguirlo. Nosotros necesitamos para esta causa un Geo Radar y hay uno en todo el país”

El 22 de septiembre de 2008 lo detienen y es escondido en la cocina del destacamento de Lomas del Mirador. Allí es golpeado y amenazado de la siguiente manera: “Negro de mierda vas a parar en un zanjon”.

“La denuncia que hacemos nosotros es que en ese lugar se tenían personas detenidas y mi hermano era el ejemplo. El día que nosotros fuimos a buscarlo, que es cuando lo detienen, vimos con nuestros ojos que estaba detenido, pero que aparte lo estaban golpeando. Mi hermano me grita a mí que lo saque de ahí”.


El destacamento
Desde su cuenta de Facebook la organización “Vecinos en Alerta” repudia el cierre del destacamento, “NO al cierre del destacamento de Lomas del Mirador”, en su pagina también figura como “Misión: Conservar Nuestras comisarías”. El destacamento se creó a mediados de 2007 por pedido de la organización encabezada por Jorge Lombardo, vecino de la zona, quien en reiteradas ocasiones fue visto comiendo asados con la policía en su chalet - a solo tres cuadras de donde vivía Arruga- a quien reconocían con el apodo de “El jefe”. “Él incentivó la apertura de ese lugar y en un momento hablaba por muchas personas que se concentraban pidiendo más seguridad. Entonces tenes que tener mucho respeto con las cosas que decís. Él declaró cosas muy violentas, se declaró en una radio formalmente nazi”.

Por presión de familiares y amigos de Arruga el pasado 28 de diciembre, día de los inocentes, el intendente de La Matanza Fernando Espinoza cerró el destacamento policial y anuncio la creación de un espacio cultural. “No se le dio importancia a un hecho que fue importante y muy significativo para una lucha. En un momento en que se puede decir que se le empieza a dar respuesta rápida a algunos casos. Pero también porque hubo otros que tuvimos que lucharla para que se instalara el tema. Al principio el caso de Luciano no era tocado por los medios, no era un tema de actualidad porque lo central era el tema inseguridad”

¿Te genera algo especial entrar al destacamento?
-No, no. Quizás la primera vez. Pero no, nada que me impida entrar. Estamos con muchas ganas de darle vida, venimos muy acelerados. Queremos transformarlo ya!.

Para transformarlo tienen el antecedente de madres y abuelas en la ex Esma
-Claro, con el ejemplo de esa experiencia apuntamos hacia ahí. Fue una cosa que se dio en un período breve de lucha, pero con un montón de piedras en el camino. Todo el laburo de madres y abuelas les llevó una cantidad de años que recién ahora están viendo algunos resultados, y lo más triste de eso es que se la adueñan otros esa lucha.


Hace un año que dejaste tu barrio
-Vino bien alejarse un poco. Ya me había cansado un poco de mi lugar. Me siento cómoda cuando voy ahora y visito mi barrio. Pero tengo también esos recuerdos que son los del primer momento de estar Luciano desaparecido que son muy fuertes, son muy tristes. Ves, me genera algo especial, pasar por algunos lugares que entrar al destacamento. Hay una esquina por la que no puedo pasar, que es una YPF, donde discutí con un patrullero. Había salido tarde de mi casa, después de estar llorando un montón, de repente Salí y dije, ‘Yo voy a buscar a mi hermano’ y salí a la madrugada a buscarlo. Lugares de esos momentos en los que hoy paso y están cargados de una energía diferente a la que estoy ahora.

¿A tres años de la desaparición de Luciano que expectativas quedan?
-Ya tres años me parece que es una burla, porque si está perdido como dice la justicia, entonces tuvieron que haberlo encontrado, sino el pibe es un súper héroe que esta dando vueltas por ahí.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Entrevista a María del Rosario Cerruti realizada por P.M.Giacobbe

publicada en la refugio de Monos a principios del 2009.

El 10 de mayo de 1976, a eso de las siete de la tarde, una patota de tareas se metió en una casa familiar de Vicente López. A esa hora, en la vivienda solo había una mujer.

Un vecino, alertado por el despliegue de hombres armados, confundió la escena con un asalto y cruzó la calle. Tocó el timbre y se asomó esa misma mujer, que lo hizo pasar. Al entrar, el vecino descubrió que la dueña de casa estaba encañonada.
Lo abrazó y, llorando, le dijo: “vienen a buscar a Fernando”.
El jefe de la patota los hizo sentar en el living, mientras sus hombres daban vuelta la casa. El vecino tenía la costumbre de andar armado y esta vez no era una excepción.

Llegó el hijo más chico de la mujer. Lo palparon. Después llegó el marido, también lo palparon. Se hicieron las once de la noche. El vecino le dijo al jefe del operativo que su mujer y sus chicos seguramente estarían desesperados.
- Bueno, vaya.- le otorgó el militar y lo dejaron salir sin palparlo. El vecino tuvo suerte.

Fernando había salido de la Facultad a las diez de la noche y se volvió caminado con un amigo. Desde Córdoba y Junín hasta Maipú e Irigoyen. A eso de las doce se tomó el colectivo y se bajó en la esquina de su casa.
En ese momento, algunos de los hombres del operativo estaban comiendo en la cocina y otros estaban adentro de los autos, en cada esquina de la cuadra, con dos chicos que conocían a Fernando, para que lo señalen. Cuando lo vieron venir avisaron por walkie talkie.
El jefe del operativo se pone atrás de la puerta y le dice a la mujer que le diga a su hijo que no se mueva porque sino lo mata.

“Le digo: no tengas miedo, Fernando, no te va a pasar nada. Bueno, no le pegaron, ya habían tirado todo, ¿no? El que se puso atrás de la puerta era el más educado, los otros eran canas brutos, brutos, bien repugnantes. Cuando se van, el más chico le da el gamulán a Fernando. Le hacen sacar el reloj y los cordones. Entonces, uno de la cocina va al cuarto y de uno de los cajones saca cien dólares, que ya los había visto antes. Y el militar este, yo le digo el militar, le dice “déjelos, que esos son del deportista.” Se llevaron libros.

A Fernando no lo esposaron ni nada. Mi marido se va con él hasta la puerta y le da un ataque como de locura, empieza a golpear la pared.
- ¿Por qué? ¿por qué?
Y le dice el militar: “vamos, petiso, no se ponga así, mañana va al comando uno de Palermo y lo saca, son perejiles, pibes.”
Están preparados para todo, para mentir, pero nada de frente. Nunca más lo vi. Treinta y dos años ya.”


MARIA DEL ROSARIO CERRUTI,
la madre de Fernando, esa noche se quedó despierta haciendo el identikit de los tipos que habían estado en su casa, y a las ocho de la mañana se presentó en la fábrica donde trabajaba su hijo para que no lo echen. Y de ahí al Comando Uno de Palermo, en donde se encontrará con dos Madres, Beatriz Neuhaus y Rosa Contreras. Las tres serán inseparables.

Luego buscarán a sus hijos por comisarías, cuarteles, Ministerios, hospicios, morgues y cárceles. En esa búsqueda conocerá a otras mujeres en la misma situación. “Nos conocimos en los lugares mas increíbles.”
Es testigo, como Madre, de cómo se organizaron las Madres y también de cómo secuestraron al grupo de la Santa Cruz. Haciendo memoria repite que ha vivido muchas cosas y que esta viva de casualidad.

En la búsqueda de sus seres queridos escuchaban siempre lo mismo de distintas bocas oficiales. “Decían que no había venido la lista de detenidos. “Hay muchos detenidos, pero no tenemos la lista, la semana que viene”. Y volvíamos todas las semanas, pero hay madres que se iban a la Iglesia de la Marina, haber si el capellán de la marina les daba alguna explicación, yo no iba ahí. (María del Rosario es hija de “Gallegos Republicanos” y no comulga con la Iglesia) Muchas madres iban y se dieron cuenta que este cura, Graselli, les sacaba información. De mentira verdad les sacaba, todavía mas información de la que tenía. Delante de algunas madres le dio la noticia a Marcos Zucker de que su hijo estaba muerto. Mirá como sabía el turro.”

Ese es uno de esos lugares increíbles donde se van encontrando y es ahí donde un buen día, Azucena Villaflor afirma que adonde hay que ir es a la Plaza de Mayo. La primera reunión en la Plaza es un sábado. Eran 14, María del Rosario no va. Pero se resuelve hacer una carta para entregársela a Videla e ir una vez por semana. “Entonces viene María Ponce y me dice hay que preparar una carta, que vamos a ir el viernes, porque hay que ir a la hora de los bancos. El viernes siguiente me voy con el borrador, lo leí, lo aprobaron, “el viernes que viene traemos la carta y la firmamos todas antes de entrar.” Éramos un montoncito. Entonces una, que se llamaba Penellas, dice “el viernes no, que es día de brujas, vengamos el jueves.”

Entonces vamos el jueves, a las tres de la tarde. Firmamos la carta y vamos al Ministerio del Interior y la entregamos. Nos atienden muy bien, en la mesa de entradas, nos dicen “la semana que viene vengan a buscar la respuesta.”
Y así fue unas cuantas semanitas, no me acuerdo cuantas, hasta que nos recibe Arguindeguy.
El subsecretario del interior que nos atendido nos dice: hoy les voy a hacer hablar con Arguindeguy.
“No, nosotros queremos hablar con Videla.”
“No, imposible, imposible.”
Y nos atiende Arguindeguy, así de sopetón, un día que vamos a preguntar.
Estuvimos una hora y pico. Estaba Azucena, Beatriz Neuhaus y yo. Le dijimos de todo. Azucena le dijo “de la plaza no nos vamos a ir hasta que no nos digan donde están nuestros hijos”, y dice el hijo de puta ese “señora, ustedes no se pueden quedar acá, hay estado de sitio, no pueden violar la ley.”

- Como no vamos a violar la ley si la violan ustedes. Ustedes están matando gente. Franco, un dictador y asesino, mata a la gente con garrote vil pero firma las sentencias de muerte ¿sabe?, ustedes no. Ustedes mienten.
- No, señora, no diga eso, mire la agenda que tengo de hijos de mis amigos, toda llena de nombres… y después unas chicas que fueron a Méjico, están ejerciendo la prostitución en Méjico, dicen que están desaparecidas, usted no lo va a creer…
- De la plaza no nos vamos a ir.- le dijo Azucena.

Cuando salimos había sesenta madres, eso me acuerdo, sí, porque las contamos.
- Aquí volvemos el jueves.
Entonces nos sentábamos en los bancos. Mirando para todos lados haber si pasaba algo. Entonces empezaron a darse cuenta, adentro de la casa de gobierno decían: “ahí están las locas.” Eso nos contaba el periodista Frances Bousquet” (Autor del Primer Libro acerca de las Madres, “Las locas de la Plaza de Mayo”)

Las madres se reunían en grupitos de a dos o tres, sentadas en los bancos o paradas, charlando. “Entonces empezaron a venir a sacarnos:
- ¡Señoras, circulen, circulen, que hay estado de sitio.! ¡Vamos caminen! ¡Caminen¡

Y ahí salió la marcha. Empezamos a caminar de a dos.
- ¡De a dos tienen que caminar!
Entonces todas de a dos, pero en fila, como en la escuela. Y por afuera de la plaza. Pero éramos pocas, no se veía. Nos íbamos contando adonde teníamos que ir porque recorríamos cárceles, hospicios, morgues, de todo. Entonces un día empezamos a marchar alrededor del monumento a Belgrano. Ahí fue donde nos conocieron más los periodistas que venían del exterior. Y cuando se armó el mundial de fútbol había más periodistas en la plaza que en la cancha de River.”

LAS IGLESIAS
“Nosotras íbamos a la Plaza el Jueves y era media hora nomás. Salíamos corriendo porque nos perseguían. Entonces los martes nos encontrábamos en las iglesias y teníamos ciertas iglesias donde nos metíamos. Por ejemplo la iglesia de la Piedad, que esta ahí en Bartolomé Mitre, de ahí nos echaban las mujeres atorrantas, esas viejas chupa sirios. La iglesia de Betania nos dejaba entrar.

- Claro, no es que iban a un cuarto especial de la iglesia. Entraban en la iglesia, ahí en los bancos.
Entrábamos como ciudadanas a rezar. La iglesia de la calle Paraguay, donde está la placita esa, nunca lo vimos al cura. Nos metíamos en la iglesia, nos poníamos como a rezar el rosario y el cura nos prendía la luz. La única prueba de apoyo que teníamos. En esa de Bartolomé Mitre, María Adela Antokoletz rezaba el rosario con una voz fuerte: “Creo en Dios, Padre todopoderoso, a las veintidós horas nos encontramos en “tal lado”. Creador del cielo y de la tierra. El miércoles a las diecinueve en “tal otro”. Creo en Jesucristo…” ahí, rezando el rosario decía donde nos teníamos que encontrar.

PAÑUELOS
“A fines del ‘77 en una marcha a Luján sacamos los pañuelos. Pero en la plaza no andábamos con pañuelos porque si nos veían con pañuelos… nos perseguían por la calle Florida. Un día con María Adela salimos de la plaza, sin pañuelo, pero ellos nos vigilaban, de civil por supuesto. Y entonces vamos a tomar el subte y vemos a dos monos con la bolsita de plástico, que ya nos dábamos cuenta, traían el arma en la bolsita de plástico, parece mentira. Nos metemos en el subte y los tipos saltan al subte.
- Estos nos van a cazar cuando salgamos de acá.
- Quedémonos en la puerta y en cuanto se abra la puerta y antes que se cierre tenemos que saltar del subte.
Una estación, otra estación, otra estación, llegamos a Callao. Saltamos las dos del subte, se cierra la puerta y los tipos quedaron adentro. A toda carrera, a toda carrera, arriba a tomar un taxi. Desparramarse enseguida.”

Las amenazas eran continuas para todas: a una cuando cruzaba Avenida de Mayo un tipo la enfrenta y le dice “te vamos a reventar.” A Otra, en Florida y Viamonte, la intentaron subir a un Falcón, se tira a la calle y grita, se salva porque había “muchos turistas”. Son algunos ejemplos. El ‘77 es un año difícil para las madres, inclusive para estar en la Plaza.
“En la calle Florida nos poníamos una peluca, sombreros, cualquier cosa. Nos perseguían.”, recuerda María del Rosario.

En el ‘78 “una señora que venía con nosotros… fueron a buscar al hijo.
No estaba el hijo, se llevaron al marido. Mientras tanto, una niña que tenía, de 14 años, se la llevaron a la pieza y la hicieron gritar. Se volvió loca la mujer pensando que la estaban violando. No, no la violaron. Era teatro para que la madre sufriera. Se llevaron al padre. Entonces que hizo la madre, se fue con el hijo al departamento de policía:
- Ustedes vinieron a buscar mi hijo pero se llevaron a mi marido. Mi hijo esta acá.
- Ahh… momentito, señora, vamos a tomar declaración.
Pasó una hora, dos horas.
- Señor, mi hijo estaba acá conmigo, pasó a declarar.
- ¿Acá? No, señora.
- Pero… me están negando… si yo vine con mi hijo, si yo lo traje.
Se volvió loca. Llegó a la casa y estaba el marido. Habían largado al marido. Reventado a palos y golpes, le dieron con todo. Te imaginas lo que pasó esa mujer, ¿podés pensar en tu cabeza lo que esa mujer sufrió? “Si le hicieron esto a mi marido por nada, que le están haciendo a mi hijo que militaba con los estudiantes.”

Un día, pasados tres meses, recibe un llamado telefónico. Una mujer. Le dice:
- Señora, ¿usted tiene un hijo desaparecido?
- Sí.
- Bueno, si quiere saber de él tiene que ir a esta dirección, bien temprano, antes de las siete de la mañana.
Allá se fue con el marido, era en La Plata. Era la casa de una policía de la Unidad 9, administrativa.
- Mire, hay cientos de muchachos detenidos, yo no puedo ayudarlos a todos, pero algunos me dan mucha pena, por eso la llamé.
- ¿Qué tengo que hacer para ver a mi hijo?
- Por ahora nada. Yo le puedo llevar, si usted quiere, chocolates, cigarrillos o medias. Es lo único que a mí me dejan entrar en mi cartera. Y en algún momento si puedo salvárselo se lo voy a salvar para que lo vea.

Creo que fue cinco o seis veces a La Plata, llevando chocolates, llevando medias, llevando cigarrillos para el hijo.
- No, señora, hoy no.

Como dos meses después le dice:
- Bueno hoy vaya a la Unidad 9 y vea al oficial “tal” que está de guardia, dígale que habló conmigo.

Va y el oficial de guardia le dice:
- Señora, hoy no lo puede ver, pero yo le voy a traer algo de su hijo.

Andá pensando todo el martirio. Va el oficial adentro y cuando vuelve le trae una tortuga hecha en miga de pan. Arriba de la tortuga estaba el nombre de la novia. No había dudas, era el hijo.
- Quiero verlo.
- No, señora, hoy no.

Otra semana más.
Hasta que una vez le dice:
- Señora, no lo va a ver. Pero vaya ya mismo al Ministerio del Interior y diga que lo vio. Que esta acá. Que se lo legalicen.

Salió como en helicóptero. Armó un quilombo de la gran flauta, “mi hijo está preso, yo lo he visto, me lo tienen que legalizar, me lo tienen que legalizar.”
Se lo legalizaron y a los dos años apareció y salió. Se fue a España, no quiso volver más a la Argentina.”

El 22 de agosto del ‘79 “pudimos hacer la Asociación de hecho sin fines de lucro. A partir de ahí se organizó la comisión directiva, viajamos a Europa. El primer viaje lo hicimos a fines del ‘78.”

Así es que Hebe de Bonafini, Elida Galleti y María del Rosario viajan a Estados Unidos, a la ONU, a la OEA y a la Casa Blanca. Luego surge la posibilidad de ir a ver al papa recientemente asumido.

“Hacía veinte días que había asumido el papa, entonces nos dicen los exiliados que había en Estados Unidos: “las mandamos a Roma, vayan a ver al papa.”
No teníamos plata. Y entonces juntaron la plata para los pasajes y nos fuimos para Roma. Nos esperaba el tío de un muchacho desaparecido que es músico. Y allí nos dieron un departamento vacío, un penthouse, en el último piso. Para dormir ahí, las tres. En el mes de noviembre allá es invierno. Sacamos una frazada que estaba colgada en la terraza, le pusimos un cartel que la frazada la teníamos en el último piso. Y dormimos en el piso. Con toda la ropa que llevábamos en la valija nos tapábamos y las almohadas eran las guías que había. Entonces nos consiguieron una entrevista con Pironio que era el Cardenal de Mar del Plata, estaba viviendo en Roma llamado por el papa. Tenía una foto de Mar del Plata en toda la pared, dice: “A mí me llamaban el obispo Montonero.” Tenía un perfume… no me olvido nunca, aristócrata.

Elida Galleti era socialista, nada que ver con la iglesia. Yo, hija de Gallegos Republicanos, mas bien que los curas los maten a todos. Eran las doce del mediodía, empezó a sonar la campana. ¿Te imaginas lo que era la campana del Vaticano? Una cosa impresionante.

Y se para el obispo y dice: “madres, es la hora del angelus, vamos a rezar.”
De rodillas las tres. Yo te juro que en ese momento pensé que dios vendría a ayudarnos. Fue un momento tan especial, tan especial, dije: “si estamos en Roma y suena el angelus, esta campana, y nos pide que recemos, Dios nos tiene que ayudar.”
Y nos arrodillamos, y yo no recé, pero ese momento de emoción no me olvido nunca.”

El cura aristócrata que por poco no fue papa les dio una tarjeta para ir el miércoles a la entrevista popular. “Es un teatro. Adelante sientan a los paralíticos. A nosotros nos desparramaron. Una por acá, otra por allá y por allá. A mi me tocó estar en el medio de la iglesia, pegada a donde entran los novios.
- Llega el papa, llega el papa.
En el papamóvil. Un carrito. Te digo: un polaco hermoso. Era joven en aquel momento. Vestido todo de blanco, subido en el carrito, sentado. Cuando empieza a ver la gente ya se baja y va caminado. Atrás de él, dos cardenales vestidos de rojo. Entonces la gente que estaba como yo, todos al borde, cuando el papa se acercaba lo agarraban y le ponían cosas en la mano, medallitas, versitos, cartitas, fotografías, anillitos, las cosas que lleva la gente de desesperada.

Yo tenía la foto de Azucena. Cuando pasa le agarro las manos, le digo: ¡UNA MADRE DESAPARECIDA DE LA ARGENTINA!
Hizo así con las manos. (María del Rosario muestra dos puños que se enfrentan y se tocan en los nudillos. No se abren las manos.) No la agarró. La puteada que le mandé, para adentro, terrible. Esa fue la visita al Vaticano.”

FERNANDO.
“Le faltaban cuatro materias para terminar. Trabajaba. Trabajó en el club del Banco Provincia de Vicente López y lo echaron porque se sumó a la huelga de los ordenanzas. Y le mandaron un telegrama de despido.

Y trabajó en una fábrica muy importante de San Isidro, de zapatillas. Ahí lo quisieron nombrar delegado. En el ‘72, estaba en contabilidad centralizada y había hecho una denuncia, todos los meses salía un cheque de 200mil pesos para Fernández. Y él quería saber quien era Fernández y no hubo aclaratoria nunca. Eran los servicios de inteligencia. De ahí también lo echaron.

Y cuando se lo llevaron estaba trabajando en la Fábrica Sasson Hermanos, fraccionadora de sidra. ¿Y sabés qué? Hizo un movimiento con los transportistas y los impulsó para pedir la partida de guantes, porque trabajaban con vidrios y se lastimaban las manos. Ahí era empleado administrativo.

“El día que la historia vuelva atrás yo no voy a estar pero sabés lo que van a contar de esta generación… muchísimo, muchísimo. Y todo lo habían aprendido porque un día hubo una revolución en Cuba. Un día leyeron a Marx, a Rosa Luxemburgo, que decía cómo había que manejar los capitales del estado para que todos sean felices, más o menos. Y un día Cuba se levantó y se sacó al monstruo de encima. Y después aparecieron los estudiantes en Europa e hicieron el mayo Francés, todo venía bien, venía bien. Pero el enemigo se preparó muy fuerte, y hoy estaban diciendo por radio que es tan grave el estado alimenticio del mundo que el gran capital se está dando cuenta de lo equivocado que estuvo. Entonces ¿para qué, para qué?

“La historia es muy larga, muy penosa. Y nada es lo que han sufrido ellos. Nada. Por eso a mí me da tanta pena que ahora esté todo tan light. Que la gente sea tan egoísta, que esté tan encerrada en su burbuja, que solamente salgan cuando les toca. Les tocó el bolsillo salieron los del año 2001, le tocó al campo salen ahora, todo el mundo sale por lo que le toca a cada uno. Y el mundo venía mal. Los chicos nuestros lo sabían. Y nosotras nos dimos cuenta después que se los llevaron a ellos que el mundo venía mal. Y nadie pensó en nada. Que razón cuando los chicos decían que del Sheraton había que hacer un Hospital de Niños. ¡Que idealismo, Dios mío!, ¿Qué quieren estos chicos, que quieren estos muchachos?, y hoy se mueren los chicos de hambre sin piedad, los padres no tienen trabajo, no hay techo. Solamente una parte de la sociedad vive enriqueciéndose a más no poder y comprando coches lujosos y paseando por todo el mundo y disfrutando de la plata que sacan y roban en todos los niveles. Que razón tenían nuestros chicos, que razón. Que mal les fue. Que mal les fue.”

viernes, 13 de enero de 2012

Entrevista a Cecilia de Vicenti hija de Azucena Villaflor realizada por P.M.Giacobbe

publicada en refugio de Monos en noviembre de 2008.

El 10 de diciembre de 1977 en la esquina de Avenida Mitre y Cramer, Sarandí, es secuestrada por un grupo de tareas de la ESMA Azucena Villaflor de De Vicenti, tiene 53 años. No es común que se lleven mujeres de esa edad.

Pero dos días antes, en la iglesia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal, también secuestran mujeres ya mayores: la religiosa francesa Alice Domon de 40 años, María Esther Ballestrino de Careaga, 59, y María Eugenia Ponce de Bianco, de 53. Además se llevan a Raquel Bulit, Angela Aguad, Patricia Cristina Oviedo y Eduardo Gabriel Horane, que tienen entre 24 y 33 años. Horas antes, en la esquina de Paseo Colón y Belgrano, secuestran a José Julio Fondevila, y Horacio Aníbal Elbert. Y más tarde en la Boca, a Remo Berardi. Por último, el 10 por la mañana en su casa de Ramos Mejía, suben en un Falcón a Léonie Duquet de 61 años, que no participaba del trabajo que realizaban las Madres.
Los secuestros son parte de un solo operativo y es el resultado de la infiltración de Astiz en las Madres que comenzaban a organizarse para reclamar en forma conjunta por sus hijos.

CECILIA DE VICENTI es hija de Azucena y cuenta que cuando Astiz se hacía llamar Gustavo Niño y decía que venía de Mar del Plata buscando a un familiar, solo, porque su madre estaba enferma, casi se queda a dormir en su casa.

Azucena quería que se quede. Pero su esposo, Pedro, se opuso. “Y eso tiene su pro y su contra.” Asegura Cecilia “Lo bueno es que no se quedó ese asesino a dormir en mi casa y lo malo es que yo podría ir a un juez y decir:- si estuvo. Y no puedo, porque yo nunca lo vi.”

MARIA DEL ROSARIO CERRUTTI es la madre de Fernando, secuestrado en su casa de Florida el 10 de mayo de 1976, y ella lo vio a Astiz varias veces: en la Plaza, en las Iglesias, el 8 en la Santa Cruz y por última vez el 15, de nuevo en la Plaza.

- El jueves 8 de diciembre (del 77, cuenta María del Rosario) estábamos reunidas en la casa de Emilio Mignone, en la calle Santa Fe, la comisión de las Madres, es decir, un grupo que nos juntábamos, no estábamos organizadas. Estábamos contando la plata que había para sacar una solicitada el 10 de diciembre que es el día de los Derechos Humanos. Y nos dicen a dos madres: “Vayan a la Santa Cruz porque va a estar Teresa y va a juntar la plata que reunieron la gente de la Santa Cruz.” Entonces nos vamos Beatriz Neuhaus y yo.

TERESA es Esther Careaga, y María del Rosario explica que la llamaban así porque no sabían que se llamaba Esther: “la habían bautizado en la Liga. Cuando ante la pregunta de Lucas Orfanó: ¿y Ud. como se llama?, se quedó callada. Bueno, digamos Teresa. Y así la llamamos, después nos enteramos que era Esther”

Alrededor de las seis y media, Beatriz y María llegaron a la puerta de la Parroquia, que es por la calle Estados Unidos. “Estaba Alicia Dumont, la monja, estaba Maria Ponce de Bianco, la otra madre, y las tres nos quedamos hablando ahí.
Beatriz entró al jardín. Ahora está todo alambrado pero era todo abierto, había bancos. Era un jardín, estaba lleno de gente, estaban todos ahí porque era un jueves después de la plaza...”
Esther Careaga estaba adentro, con otras madres y otra gente. Ella tenía la plata y alguien le avisa que ya viene.
- Bueno.

En eso se hicieron las ocho y media, oscurece. Alicia entra y Esther sale con una señora. Lleva la plata. Se van, caminan por Estados Unidos para el lado de Urquiza, atrás de ellas va María del Rosario y Maria Ponce de Bianco, “y cinco metros mas adelante dos tipos que la agarran a Esther y la arrastran. Aparece otro tipo en manga de camisa, la agarra a María que iba del lado de la calle, y la tira para afuera y a mí me tira contra la pared.”

-¡Qué pasa, qué pasa, qué pasa, qué pasa!- María del Rosario recuerda y revive desesperación.
Una voz que se sabe de asesino le contesta: - Es un operativo por drogas.
Y enseguida la orden:
- ¡Sigan!
- ¡Sigan!
- ¡Sigan!

“Y empuja a dos madres que venían atrás y las tres nos vamos apretadas. A mí no me intentaron llevar, me tiraron contra la pared y a las otras dos, las agarran y las empujan. Así que las tres seguimos hasta la puerta de la iglesia. Hasta la esquina. En ese momento salía toda la gente de la misa. Metidas entre medio de toda la gente. Sin saber que habían hecho con las compañeras, fue todo un segundo.”

Desde la Iglesia llegaron a la Avenida Independencia y las tres se tomaron un taxi. Las otras dos madres se bajaron en Once. María del Rosario siguió en el taxi hasta lo de Mignone, se bajó tres cuadras antes por si la seguían.

En esa casa se encuentra con las otras Madres y les cuenta. Azucena no estaba, se había ido a buscar plata a la Iglesia de Betania. Juntan la plata y se van a la casa de Marta Vásquez, a tres cuadras. Emilio Mignone “se juntó con los abogados del CELS y empezaron las recorridas a ver cuantos se habían llevado. No se sabía. Entre medio de toda esa gente estaba Gustavo Niño, que iba a todas las reuniones de la Santa Cruz. También iba Remo Berardo, que quería hacer un periódico, imprimir algo, y Gustavo Niño estuvo en la casa de él para ver como imprimirlo”.

María del Rosario llamó a su casa y hasta que su marido no la pasó a buscar, alrededor de las once de la noche, no se quiso mover.

CECILIA DE VICENTI dice que Azucena no sabía como decirle a su esposo que habían levantado gente en la Santa Cruz.: “Eso pasa el jueves, yo el jueves no lo sabía. El viernes a la noche yo veo a mi vieja con los ojos vidriosos, desencajados. Viene Aída, (otra Madre) habla un poco con Aída. Yo era media cholula, miraba la novela. Entonces mi mamá en una punta de la mesa y yo en la otra. Se va Aída, la acompañamos y le pregunto: ¿mamá, me podés decir que te pasa?

Nada. Nada.
¿Como nada? Yo te conozco ¿que te pasa?
No sé como decirle a tu papá que se llevaron a gente de la Santa Cruz.
Bueno, mamá, papá ya está durmiendo. Acostate y mañana a la mañana cuando te levantás a cebarle el mate se lo contás.
Sí, pero no sé como decírselo.
Mamá, contáselo, ¿que te va a decir?
Y tu papá no va a querer que vaya mas a la plaza.
Bueno. Contáselo, le dije yo.

Mi vieja se va a dormir, yo me quedo mirando la novela. A la mañana siguiente mi vieja me despierta golpeándome la puerta de mi cuarto: ¿que querés comer, carne o pescado?. Yo le contesto pescado. Y ella me dice que suerte porque me voy a hasta Mitre, porque compré un ejemplar del diario y salió borroso.”

A pesar del INFELIZ DE ASTIZ, la solicitada que Las Madres habían planeado salió publicada el 10 de diciembre. Azucena ese día ya había comprado un ejemplar de LA NACION, pero no se veía bien.
- Se va a Mitre y yo me quedo - continúa Cecilia el relato.- al ratito viene Elvira, la señora que le ayudaba a limpiar, me dice: nena, levantaron a tu mamá. Entonces yo me visto rapidito. Y me dice ¿adonde vas?
Si la atropelló un auto… Porque para mí levantar había sido que la atropelló un auto.
No, no nena, se la llevaron.

Y ahí llamé a mi papá, que se yo, ahí mucho no me acuerdo… bueno, saqué todos los papelitos. Porque en mi casa estaban todos los papelitos de la solicitada, que pedía el nombre, el teléfono, el DNI. Los saqué por si venían los militares a mi casa.

AZUCENA VILLAFLOR, considerada el motor de las Madres y su fundadora pues propuso juntarse en la Plaza y realizar las búsquedas en conjunto, es la madre de Néstor De Vicenti, secuestrado en su casa de Villa Dominico junto con su compañera, Raquel Mangin el 30 de noviembre de 1976.

- Con la desaparición de mi hermano Néstor – explica Cecilia - hubo un cambio porque ella (Azucena) empezó de lleno a buscar a su hijo, entonces un ama de casa que estaba todo el tiempo en casa, ocupándose de todas esas tareas, de repente sale a buscar a su hijo. Ya no está todo el tiempo adentro esperándonos a nosotros sino que se aboca a la búsqueda de mi hermano.

- Salía a la mañana y volvía…
- Era bastante ordenada, porque si se iba al mediodía que era cuando yo llegaba a comer, me dejaba la comida hecha. Y ahí noto el cambio, no estaba esperándome con la comida. Pero por ejemplo, a la hora del mate de mi papá, seis de la tarde, trataba de estar para preparar el mate y la cena. Si por casualidad se le hacía tarde para el mate, siempre, siempre, iba a estar a la hora de preparar la cena. Así que a pesar de todo la casa seguía estando igual de ordenada.


- ¿Y ella comentaba las cosas que le iban pasando? Imagino bastante decepcionantes…
- Muchas veces venía indignada por no obtener respuesta. O porque les habían dicho que se tenían que haber ocupado antes de sus hijos y no en ese momento, viste esas respuestas nefastas, hacían que venga indignada.


- Y en el hogar, ¿contaba esto no va más, así no sirve, hay que hacer otra cosa? ¿Vos viste que ella anticipara lo que finalmente dijo, de reunirse en la Plaza de Mayo?
- No sé de dónde sacó las fuerzas, ni de dónde sacó la claridad mental de qué había que hacer. Ella lo que sí se daba cuenta es que todas iban por separado a hacer los mismos tramites y que siempre resultaba negativa la respuesta, entonces un día en el Vicario Castrense dijo: “basta de ir separadas, vayamos juntas, vayamos a la Plaza de Mayo.” En realidad la primera intención era firmar un petitorio entre todas y decirle a Videla que le diera respuesta por sus hijos.

Con esa primera intención Las Madres se juntan el 30 de abril en la Plaza de Mayo. Es sábado, son las cinco de la tarde y no hay nadie que las vea. Luego de desechar el día viernes, deciden la próxima para el jueves después de los bancos.
Videla nunca les dará la entrevista y lo manda a Arguindegui en su lugar para intimarlas a que abandonen la Plaza.

- Ella creía que ir a la plaza y juntarse les iba a dar algunas respuestas. También sé que decía: a nosotros no nos importa donde militaban nuestros hijos. Porque una de las cosas que le daba mucha bronca a mi mamá, y por la cual se le ocurre esto, es porque una vez fue a Familiares, le empezaron a preguntar por mi hermano lo mismo que le preguntaban los militares. Que hacía, dónde militaba. Entonces la consigna de mi vieja fue decir: vamos a empezar a ir a la plaza, pero no nos importa que hacían, lo que queremos es saber que pasó con nuestros hijos. Por eso no se preguntaban adonde militaban, adonde no militaban. Y había muchas Madres que iban a Familiares y después empezaron a dejar de ir ahí y empezaron a ir a la Plaza.

- ¿Y empezaron a ir a la Iglesia de la Santa Cruz?
- Mi mamá no iba a la iglesia de la Santa Cruz. Habrá ido dos o tres veces. No más, mi mamá no se reunía con el grupo de la Santa Cruz, ella creía que había que ir a la Plaza de Mayo. El 8 mi mamá iba a ir a buscar plata por lo de la solicitada. Pero no porque mi mamá se reuniera en la Iglesia de la Santa Cruz asiduamente. No fue porque tenían muchos lugares a donde ir a buscar plata, y ella fue a la de Bari.


- ¿Y ella está como muy ligada al grupo de la Santa Cruz?
- Está ligada por la desaparición, por la fecha de la desaparición en realidad, porque el operativo era el 8 para llevarse a los que estaban juntando plata en la Santa Cruz. Como mi mamá no estaba ahí, vienen el 10 a llevársela en la esquina de mi casa.

Quedó comúnmente llamado como el grupo de la Santa Cruz porque tenían características cuando llegaron a la ESMA: eran un grupo de gente mayor, no llegaba gente de cincuenta y pico de años, siempre llegaban jóvenes. Bueno ahí llegaron muchas mujeres de cincuenta y pico de años. Entonces llamaba la atención y fue conocido como el grupo de la Santa Cruz.


- Y Astiz… se infiltra en el grupo de la Santa Cruz y ahí conoce a tu mamá…
- No, no, no, a mi mamá la conoce en la misa del día de la Madre, ¿tercer domingo de octubre?, hay una misa en la iglesia que está en la Avenida Santa Fe. Y Ahí, a mi mamá otra Madre le presenta a Astiz. Le dice “él esta buscando a su hermano”. Y él cuando iba a la Plaza trataba de hablar con mi mamá, trataba de estar.


- ¿Y con la desaparición de Azucena como cambia la casa?
- Mi papá, que yo tenía la figura de un padre fuerte, trabajador, se sienta en la puerta de mi casa… primero lo vi llorar por primera vez, después se sienta en la puerta de mi casa a esperar siempre que mi mamá llegara. Todos los días se sienta mirando para Mitre esperando que mi mamá llegara. Los tres primeros meses yo me ocupo de la casa, después cuando viene marzo le digo: papá, voy a seguir estudiando. Así que se levantaba, me llevaba a la escuela, al principio me llevaba y me iba a buscar porque tenía miedo que me pasara algo. Después no, me llevaba y yo me volvía en colectivo sola. Así que la casa cambia, cambia totalmente. Y hay una búsqueda de mi papá que busca a mi mamá y a mi hermano.


- ¿Y al principio él no buscaba a tu hermano?
La acompañaba a mi mamá, pero la acompañaba, no era la búsqueda que tenía mi mamá. La acompañaba. Si era fin de semana la llevaba. Si había una misa en La Plata la llevaba a La Plata. El la llevaba. Y después (con el secuestro de Azucena) empieza a ir todos los jueves a la Plaza de Mayo y cuando le decían que había que presentar un petitorio o algo él lo presentaba.

- Y la participación era muy diferente, el carácter de Azucena al carácter de tu papá.
- Sí, nada que ver. A mi mamá, la desaparición de mi hermano le dio un potencial mayor y le hizo hacer un montón de cosas. A mi papá la desaparición de mi mamá de hecho lo deprime y tres años después se muere. Hay una estadística hecha por las Madres que se murieron mucho más padres que madres, o sea que el hombre soporta menos el dolor que la mujer.

LOS VUELOS DE LA MUERTE.
Durante los últimos días de diciembre de 1977, alertadas por la aparición de cadáveres en las costas argentinas a la altura de Santa Teresita, un grupo de madres viajaron a esas playas. Buscaban respuestas sobre la desaparición de sus compañeras, pero fue un deambular infructuoso por Bomberos, Policía, Hospitales, Morgue y Cementerio.

En el 2005, tras la exhumación de NN enterrados en fosas comunes en el Cementerio de General Lavalle y luego de una serie de análisis genéticos, el Equipo Argentino de Antropología Forense identifica los cuerpos de Léonie Duquet, Angela Auad, Esther Ballestrino y María Ponce, quienes posteriormente fueron enterradas en la Iglesia de la Santa Cruz. Y también identifica a Azucena Villaflor, quien fue cremada y sus cenizas enterradas junto a la Pirámide de la Plaza de Mayo.

Se determina además que fueron arrojadas vivas al mar, confirmando lo denunciado por los sobrevivientes de la ESMA en relación al circuito represivo y los vuelos de la muerte.

Puede parecer para la historia un caso cerrado, pero no lo es: “Me falta saber quien fue, quien estuvo en el vuelo, quien se la llevó a mi mamá. Quien la tiró de arriba de un avión. Esa parte, que le compete a la justicia, yo no la tengo. Pero la otra parte, esa de saber que pasó, desde el momento que se la llevaron al momento que la encuentran en el cementerio, esa parte si la tengo armada.” dice Cecilia, quien conoce la diferencia entre recuperar la identidad de un NN y no hacerlo.

-Y la diferencia es que el cuerpo es de uno. Que deja de ser un NN en algún cementerio y deja de ser el misterio de los militares que solamente ellos saben donde está. Y ahora yo sé donde está mi mamá. Y pasa a ser mía-nuestra otra vez. Ya no esta más oculta, ya se sabe donde está. Se sabe la secuencia, estuvo de tres a cinco días en la ESMA, fue torturada, de la ESMA fue llevada viva en un avión, de ahí fue tirada y de ahí aparecieron sus restos en la Playa entre Santa Teresita y San Bernardo, y de ahí cuando aparecen son enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle. Pero esto lo fui a saber hace poco, veintiocho años estuve sin saberlo.

- Por eso sabés la diferencia…
- Entre mi hermano y mi mamá, por ejemplo. Yo te digo que en mi vida me queda una deuda pendiente y es saber que pasó con mi hermano. Y la justicia, que estén presos todos los que tienen que estar presos. Acá hay una cadena de mandos, todos la cumplieron, es más, hasta la sociedad argentina miró para el costado. Porque si no muchas de las cosas que pasaron no podrían haber pasado.

¿Se sabe algo de tu hermano?
No.
¿De su compañera?
No. Igual que mi hermano, no puedo saber por donde estuvo.

De mi mamá, unos años antes me había enterado que había estado en la ESMA, para el 83, 84. Porque apareció un libro de unas chicas que estaban en Francia, que habían estado en la ESMA y habían sido liberadas, entonces ahí ellas nombran que habían visto a Azucena y que Azucena había dicho que hagan una lista porque ella pensaba que les iban a dar un susto y las iban a soltar. Y ella les iba a poder avisar a las madres de esta gente que estaba en la ESMA, de quienes estaban y quienes no.

- ¿Por qué decidís enterrar las cenizas en la Plaza de Mayo?
- Eso fue todo un tema de discusión. ¿Por qué yo iba a separar a mi mamá del resto de las Madres? Y en realidad es porque mi mamá no tiene relación con la Iglesia de la Santa Cruz y sí con la Plaza, que para ella significaba la lucha. El objetivo era que las cenizas estuvieran ahí en la tierra en Plaza de Mayo y se cumplió. Volvió a la plaza, que era de alguna manera de donde se la habían llevado, mas allá que se la llevaron de la esquina de mi casa, el significado era que no volviera a la Plaza.

NESTOR DE VICENTI.
Yo tenía una buena relación con mi hermano. Yo tocaba la guitarra por música y él tocaba la guitarra por oído, entonces lo que hacía fundamentalmente era decirme “nena que tono pongo acá”, se sentaba en mi cama y me preguntaba. Y entonces yo le decía: probá con Sol, probá con Fa. Mi hermano siempre fue muy buen hermano. Siempre fue muy comprensivo.

En mi casa había discusiones políticas más que nada con mi papá en la mesa del domingo ponele. Mi papá le decía “Néstor, te tenés que cuidar vos, que salís a defender a todos” y entonces había discusiones políticas que para mi hermano era que todo el mundo tenía que tener un buen sueldo, que todo el mundo tenía que tener las mismas posibilidades de ir a un hospital, que todo el mundo tenía que tener las mismas posibilidades para estudiar. Y había un poco de discusiones con mi papá que le decía, “bueno, todos tienen las mismas posibilidades y unos las aprovechan y otros no.” Y mi hermano le refutaba eso.

Mi papá le decía: con qué necesidad vos que podés tener el negocio que quieras vas a la villa a ayudar, mi papá siempre le ofrecía un trabajo mejor pero no quería que fuera a la villa.

- ¿Y él de que trabajaba?
- Mi hermano estudiaba arquitectura y trabajaba con unos arquitectos haciendo planos. Después se fue a trabajar a La Bernalesa, decía que había que ser operario y trabajar ahí.

- ¿Y la actividad a nivel social?
- Después, con los años, supe que políticamente mi hermano era un militante de Montoneros y estaba con la prensa de zona sur. Y a las villas iba a enseñar a leer y escribir.