Entrevista a Marta Ungaro realizada por Leonardo Marcote

publicada en Refugio de Monos de papel en septiembre del 2008

Horacio Ungaro desapareció el 16/09/76 en la ciudad de La Plata, en la llamada “Noche de los Lápices”, donde fuerzas policiales combinadas con el ejército secuestrarían a seis adolescentes. Al momento del secuestro se encontraba con su amigo Daniel Racero. Esa misma noche también se llevarían a otros compañeros que militaban con ellos: María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Claudio de Acha y Francisco López Muntaner.

A pocos días de cumplirse un nuevo aniversario del secuestro de Horacio, Marta (su hermana) nos habló sobre la militancia, los sueños que tenía su hermano y los 32 años de lucha que lleva con su familia exigiendo justicia.
En la actualidad Marta trabaja en la cámara federal en el juicio por la verdad en La Plata.


¿Cómo era Horacio?
Para mí no era diferente a los chicos de ahora, nada más que era un estudioso de cómo cambiar las cosas y por ahí ahora la diferencia es que no se lee ni se profundiza como cambiarla, y entonces, bueno, para querer cambiar tenés que saber cómo.
Y ellos para mí eran una generación que era muy, muy lectora y muy estudiosa.
Eran buenos alumnos. No buenos alumnos por ser tragas sino porque militaban, hacían deporte. Pero te quiero decir que estudiaban con pasión las cosas a pesar de la corta edad que tenían.



Horacio era el menor de cuatro hermanos, Luis Arsenio, Marta Noemí y Nora Alicia tenían 12, 11 y 6 años.
A los 6 años comenzó sus estudios de idioma francés donde aprobó los diferentes niveles con mención especial sobresaliente, obtuvo el titulo de profesor de francés de primer nivel con 16 años.
En 1974 se incorpora a la (UES) Unión de Estudiantes Secundarios. Colaboraba en varias villas en Berisso, lo querían, lo respetaban, y lo escuchaban con atención cuando hablaba del Che. “La gente necesita nuestra ayuda, y nosotros aprender de ellos.”
En 1975 participó activamente por la obtención del boleto estudiantil secundario, el mismo que hoy sigue vigente en la provincia de Buenos Aires.



¿Con que compañeros militaba?
Con los compañeros de la escuela y aparte trabajaba en las villas de emergencia. No solamente tenía el proyecto del boleto sino también el proyecto de un país mejor.
El boleto era solo una de las cosas. Eso da cuenta de la solidaridad que tenían, porque Horacio no usaba ómnibus, iba caminando; Falcone, Maria Claudia, vivía a la vuelta de la escuela así que ellos eran solidarios hasta con eso.
Era muy amigo de Daniel Racero y de Gastón Dilon, que está desaparecido. Ellos eran muy amigos de Horacio. Y ahora para mí, dentro de todo este dolor, es una alegría que la hermana de Daniel venga a uno de los actos de la escuela. (La familia de Daniel Racero esta radicada desde hace muchos años en la provincia de Neuquén).


¿Donde estabas en el momento que lo vinieron a buscar?
En otro monobloque, es un complejo que hay 4 monobloques; con mi hermana vivíamos en el otro y mi mamá nos viene a avisar.


¿Tu mamá estaba con ellos, no?
Sí, como no teníamos teléfono voy hasta la estación de servicio que había un teléfono público, a llamarlo a mi papá para avisarle que viniera porque había desaparecido Horacio. A partir de ahí comenzó la búsqueda que está por cumplir 32 años y que no hemos dejado ni un solo día.


“Mi hermanito tenía en la mesa de luz el manual de filosofía de Afanaciev y el diario del Che. Justo un día antes nos había dicho que los libros no los iba ni a quemar ni a romper, que los iba a tener con él. Cuando mi mamá nos viene a avisar a Nora y a mí que lo habían detenido, luego entramos a su dormitorio, vimos que la ventana estaba abierta y que los libros los había tirado por la ventana de un 5º piso. Siempre pensé que fuerza tuvo que haber tenido este chico de 17 años para tirar los libros por la ventana para que la dictadura no se los agarrara.”


¿Como empezaron la búsqueda?
Primero queríamos presentar recursos de habeas corpus y no encontrábamos ningún abogado que lo hiciera porque habían matado unos abogados la semana anterior. Después empezamos a preguntar en las comisarías y en diferentes lugares y volvíamos a presentar otros recursos. A los meses Horacio tenía 17 años y le llega la incorporación al servicio militar. Y después le seguía llegando que era desertor así que fuimos con mi mamá a hacer una presentación de que no estaba, que había desaparecido. Enseguida nos empezamos a reunir con Nelva Falcone (madre de Claudia) y entramos a contactarnos con otros familiares, con López Muntaner y con la madre de Racero.


“Mi mamá llevaba en el pañuelo blanco (el de las Madres de Plaza de Mayo) el nombre de Daniel Racero. Nunca los separamos”.



Olga Ferman de Ungaro (madre de Horacio) perteneció al grupo de madres de la ciudad de La Plata hasta octubre del año 1985. Cuando reprodujeron en la radio el diario del juicio (a la junta de militares) y dijeron que su hijo había muerto durante la tortura, salió desesperada a la calle para irse a la casa con sus hijos y cruzó de tal forma que un auto la llevó por delante. Se golpeó la cabeza y estuvo una semana en coma hasta que murió.


La dictadura fue muy feroz porque aparte fue el Estado el que se dedicó a secuestrar, a torturar y asesinar. Porque “noches de los lápices” hubo miles, los secuestros nunca se hacían de día, casi siempre se amparaban en la noche. La noche de las corbatas en Mar del Plata, la noche de los lápices, la noche del apagón en Ledesma…. Siempre son cosas para sembrar el terror y el miedo. Pensá que los chicos estaban en el último año del colegio y al año siguiente iban a estar en algún lugar de trabajo o en la universidad y entonces tenían que cortar con eso para no tener “oposición”. Y lo mismo hicieron con fábricas: Mercedes Benz tiene desaparecida toda su comisión interna, lo mismo con Alpargatas y Ford. Diferentes fábricas y en diferentes lugares. Todo lo que se podía llegar a oponer lo eliminaban y fue el Estado el que hizo eso.


Y la reflexión que por ahí te hago a 32 años, que es mucho tiempo, es que hemos tenido muchos años, casi todos de impunidad y los responsables de los que hicieron desaparecer, asesinar, torturar, robar a los chicos nacidos en cautiverio están vivos y el que no está vivo se murió porque llegó a mayor, pero tranquilo y en su casa o en cárceles de lujo como la de Marcos Paz, que tiene celular e Internet.


La memoria se construye con justicia, y la justicia con castigo, y acá no tenés juicio, si bien hubo un juicio que se declaró un genocidio, que fue importante el de Etchecolatz, pero él es solo uno y faltan todos los responsables del área de ejército, todos los de marina, todos los que en verdad fueron los ideólogos del golpe, los que planificaron los grupos de tareas, los que hicieron inteligencia, los que decidieron a quien secuestrar, los responsables de cada uno de los campos. Nosotros hace poco descubrimos que el responsable del pozo de Banfield, que se lo tenía por muerto, está vivo y no lo han llamado a declarar ni nada.


¿Te acordás el nombre del responsable?
Si, Wolf, Juan Miguel y está vivo y nunca lo han citado.


¿Con respecto al pozo de Banfield, nunca hubo un juicio?
No, está abierto en Banfield, están juntando pruebas para un juicio, pero va lentísimo, denunciamos al responsable y todavía no lo detuvieron.
No es la función nuestra ni seguirlo ni buscarlo, es de la justicia.
La causa de Banfield es una causa grande porque era un lugar de depósito que traía gente de distintos lugares, funcionó el operativo Cóndor ahí. Y es el lugar donde los chicos fueron asesinados, se piensa que los primeros días de enero de 1977. El grupo de ellos estuvo desde el 21, 22 de septiembre, hasta los primeros días de enero, es el grupo que estuvo más tiempo en Banfield.


El pozo de Banfield pertenecía al area metropolitana 112. “Circuito Camps”.
Este circuito clandestino de detención estuvo coordinado por el coronel Ramón Camps, jefe de la policía de la provincia de Buenos Aires dependiente del 1er cuerpo del ejército.


¿Como está la causa de Horacio?
La causa está abierta, no es solo la de Horacio sino la de todos los desaparecidos. Ahora se va a hacer el juicio a la comisaría quinta de la plata, que era otro centro clandestino de detención.


En el año 2006, al cumplirse 30 años de la noche de los lápices, Marta entra por primera vez al centro clandestino “pozo de Banfield”, último lugar donde se lo vio con vida a su hermano.


¿Y cuando entraste ahí, que te pasó por la cabeza?
Y… es muy fuerte entrar ahí. Aparte te das cuenta de la dimensión, pensás que ahí quedaron sus últimos gritos, sus últimos deseos de libertad de ellos y de tantos compañeros, los gritos de las madres alumbrando a sus hijos. Es un lugar totalmente siniestro.


¿Qué mensaje le dejarías a los jóvenes?
Que es muy importante que se difunda, que en cada rincón haya una publicación o algo. Que los jóvenes puedan leer y sepan que en realidad en todas las conquistas nadie te regala nada, todo cuesta vida, sangre, sudor y lágrimas. Y el boleto es una conquista en la cual estaba la vida de jóvenes que tenían un proyecto y un futuro. No son conquistas chiquitas, todo tiene su veta de dolor y de lucha, ni el imperialismo ni la derecha te regala nada.Y que sepan que junto con el boleto viene la conquista económica, viene el poder estudiar y el poder tener acceso a una educación que tantos jóvenes hoy no pueden tener